Viajes saludables

 

 

 

 

Cómo contar lo bien que lo he pasado, cuánto he disfrutado en todos los sentidos en mi viaje de la semana pasada invitada gracias a Ana Santos por Turismo Andaluz, empresa adscrita a la Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía. Si definimos salud como completo estado de bienestar físico, psíquico y social (OMS), mi viaje fue pura salud.

El ocio

El primer día fuimos a cenar a La Viñuela, un sitio precioso en un lugar idílico. En realidad más que en un hotel tienes la sensación de estar en una casa grande, con un jardín sobre un lago con su embarcadero (igual es un embalse o un pantano, pero parece un lago) . La cena fantástica, con producto local y dos anfitrionas, María y Belén, absolutamente encantadoras. Aquí la comida es a la carta personalizada: te preguntan qué te apetece para preparártelo.

El viernes tuvimos la suerte de hacer el Caminito del Rey. No os perdáis las fotos, aunque no es lo mismo que estar allí, claro. Para los miedosillos  como yo ningún problema. Y para los que les gusten las emociones fuertes, con mirar de vez en cuando hacia abajo, la adrenalina está garantizada.

Luego comimos en la Antigua Venta de San Antonio, un histórico cortijo del siglo XVII donde probé el inolvidable helado de carapiño (caramelo y piñón)

De allí fuimos a las lujosas Termas de Carratraca. Huelen un poco fuerte porque las aguas sulfurosas es lo que tienen. También he estado en los baños del hotel Gellert de Budapest, el mismo olor pero muy diferente sitio. El tema balneario en mi opinión tiene que ir con lujo, a poder ser.

 

La negación del ocio 😉

Para los amantes de la etimología

 

Por la tarde nos habían organizado una actividad relacionada con nuestra profesión, que en mi caso fue una reunión con un catedrático de economía y otra profesora. Más vale que aunque todo era sorpresa, de ésto me avisaron para que al menos no fuera en pantalón corto. Conocimos la plataforma Tourism&Health-Costa del Sol, un producto muy completo respaldado por el Colegio de Médicos y la Cátedra de Turismo,  Salud y Bienestar de la Universidad de Málaga.

En síntesis, se trata de que pacientes privados reciban el tratamiento que precisen en Málaga (extensible) ingresando en el centro sanitario privado adecuado y alojándose en la instalación hotelera participante elegida.

La paciente tipo bien pudiera ser Una chica de Lübeck, que precise una intervención de rodilla, y se venga en temporada baja con su madre que vive en Hamburgo a operarse en una clínica privada de Málaga mientras su acompañante se aloja en un hotel , disfrutando de un paquete completo en el que desde que bajan del avión estará atendida como paciente que es, en una ciudad con sol 320 días al año y muy bien comunicada por avión. Con todas las circunstancias sanitarias y de cualquier tipo que se puedan plantear en el  proceso perfectamente contempladas y aseguradas en el plan.

Es más, su madre podría entrar en alguna otra opción que hay para crónicos, porque con la dieta habitual de Hamburgo y su edad, es probable que al menos necesite un replanteamiento dietético. Animo a los encantadores Spain Food Sherpas a participar con su buen hacer descubriendo a esta hipotética señora cómo utilizar los maravillosos productos del mercado de Atarazanas, sustituyendo sus calóricos postres del norte alemán por unas deliciosas brevas. (De aquí sale otra empresa para llevárselas hasta Alemania 😉 )

Recientemente yo había recibido un email con una  propuesta de colaboración en turismo y salud, y confieso que ví las dos palabras y lo tiré a la basura. No es la primera vez que desestimo algo por pensar que no tiene nada que ver conmigo y luego ¡lo tengo que rescatar de la papelera ! La magnífica presentación que hicieron para nosotras me hizo replanteármelo desde otro enfoque.

A mí me pareció fantástico. Me trajo a la mente las estancias de la emperatriz Sissi en Madeira o las prescripciones de Osakidetza al balneario de los Padres Palotinos, salvando todas las distancias. Sé lo que pensáis: que tengo el «sesgo de la invitada». Hombre, pudiera ser, pero de verdad que yo creo que no.

No quiero dar más envidia con  el precioso restaurante con estrella de Jose Carlos García, o  la cena en la terraza con vistas desde el CAT. Eso y más, como mis fotos colocando con maestría las sardinas en el espeto (el señor me dijo Ole, que conste) lo tenéis en las redes sociales.

Mención aparte el museo Carmen Thyssen, para disfrutar continente y contenido con un tamaño perfecto para visitar sin dejarse nada.

Termino diciendo que he descubierto una ciudad preciosa, con todo el sabor y ambiente andaluz, unos paisajes increíbles a media hora de coche y en la que no hace demasiado calor (no pillamos el terral) Me la estaba perdiendo, os animo a ir.

Declaración de conflicto de interés: Cuando me invitaron pregunté qué tenía que hacer y respondieron que escribir un post diciendo lo que quisiera. Es exactamente lo que he hecho. Muy agradecida.

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