Catarro o gripe: lo que de verdad importa

Tanto la gripe como el resfriado son infecciones de las vías respiratorias producidas por virus. Ambos cuadros son autolimitados, es decir, se curan solos -sin antibiótico- en unos días. A veces resfriado y gripe pueden ser difíciles de distinguir, pero sea lo que sea, la evolución esperable es siempre buena.

Por diferenciarlos, el resfriado o catarro suele cursar con taponamiento nasal, dolor de garganta, lagrimeo, tos e incluso algo de fiebre. Pueden darse varias veces al año y no hay vacuna. La gripe, en cambio, aparece bruscamente con fiebre alta, dolor de cabeza, molestias musculares y articulares, malestar general, decaimiento y tos; también puede haber dolor de garganta y secreción nasal. Frente a ella sí hay vacuna y es segura y eficaz, aunque su cobertura no llega al 100%.
El diagnóstico es clínico y epidemiológico: encontrar este cuadro de síntomas en época de epidemia nos hace sospechar. También la vacuna de la gripe sirve para diagnosticarla, porque estando vacunado es menos probable padecerla. Es decir, ante estos síntomas, si estamos vacunados seguramente lo que tenemos es un catarro banal.

Sólo excepcionalmente, la gripe  se puede complicar, especialmente en personas pertenecientes a los grupos de riesgo de cualquier edad, y en menores de 2 años y mayores de 65.

La tasa de ataque anual de la gripe es del 5% a 10% en adultos, y del 20% a 30% en niños.

Tratamiento

El tratamiento es para aliviar los síntomas. En este sentido, como recomendaciones generales es importante procurar beber líquidos (el mejor, agua) siempre que se tenga sed. Si hay fiebre, no debemos acudir al trabajo o al colegio hasta haber pasado 24 horas sin fiebre sin tomar medicamentos para bajarla. En caso de gripe, además, conviene hacer reposo.

Según los síntomas, en la farmacia nos aconsejarán el tratamiento más adecuado y específico. En general, está indicado el paracetamol.

Los remedios “de la abuela” como los zumos o la leche con miel, limón, son también adecuados si nos reconfortan . Como hemos explicado, tanto gripe como resfriado se van a curar sin que hagamos nada para ello.

Vías de contagio y prevención

En ambos procesos, los virus se contagian con facilidad por el aire, al toser y estornudar, y también al tocar superficies contaminadas con secreciones. Por eso es importante toser y estornudar en pañuelos desechables o sobre el antebrazo y no en la palma de la mano, ya que de ésta pasan a los objetos que tocamos y como nos la llevamos a la cara unas tres veces por minuto, inconscientemente, así nos contagiamos también. Por este mismo motivo, hay que lavarse a menudo las manos con agua y jabón, o utilizar los geles desinfectantes que no necesitan aclarado. Asimismo, es fundamental ventilar bien los espacios comunes.
En el caso de la gripe, la medida preventiva más eficaz es la vacuna, especialmente indicada en los grupos de riesgo y en los trabajadores esenciales para la sociedad como cuerpos de bomberos, policía, protección civil y personal sanitario. En el caso de estos últimos, con ello también se consigue evitar la posibilidad de contagiar a pacientes de riesgo tan frecuentes en una consulta como embarazadas y personas con obesidad.

¿Cuándo acudir al médico?

En caso de síndrome gripal es importante saberlo, porque especialmente en época de epidemia hay que tener en cuenta que los servicios sanitarios se suelen saturar.

Consultar al médico si aparece alguno o varios de los siguientes síntomas:
En niños

Respiración rápida y/o dificultosa
Gran decaimiento
Erupciones en la piel
Mejoría seguida de rápida reaparición de los síntomas
En adultos
Temperatura mayor de 38º durante más de cuatro días
Respiración rápida y/o dificultosa
Dolor o presión en pecho o abdomen
Mareo persistente
Confusión
En grupo de riesgo:
Embarazadas.
Enfermedades cardiovasculares crónicas (excluyendo la hipertensión).
Enfermedades respiratorias crónicas
Diabetes
Insuficiencia renal
Hemoglobinopatías y anemias moderadas-graves.
Asplenia (sin bazo)
Enfermedad hepática crónica avanzada.
Enfermedades neuromusculares graves.
Pacientes con inmunosupresión
Obesidad mórbida
Menores de 18 años en tratamiento prolongado con aspirina ( por la posibilidad de desarrollar síndrome de Reye)

 

 

 

 

 

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