Compartir información sobre medicamentos
Me temo que a los pacientes no les va mucho la evidencia científica. Aunque se lo expliquemos de la forma más sencilla posible, no harán caso. No tiene sentido actuar como si no recurrieran a la medicina alternativa o a las herboristerías porque lo hacen y lo van a seguir haciendo. Con esto no quiero decir que me parezca bien o que no vaya a hacer nada al respecto: solo que hay que saberlo y no meter la cabeza debajo del ala.
Tuve el placer de escuchar a Susannah Fox en Bilbao y discutir luego un poquito con ella a raíz de su intervención. Soy una admiradora de su trabajo y fue un debate que disfruté. Ella tiene una visión preciosa del futuro de la salud, en el que los pacientes comparten información y aprenden juntos.
La verdad es que a mí me da un poquito de miedo pensar en foros hablando de los efectos secundarios de los medicamentos, y comparando los efectos de los genéricos con los de marca. Seguro que puede extraerse información útil, pero yo echo en falta cierta supervisión experta para ayudar a interpretar correctamente esa información. Entiendo la visión de la Sra. Fox, pero a la vez considero que quien debe conocer los efectos de la medicación en sus pacientes y actuar como mejor proceda en consecuencia, es sin duda el médico que los ha prescrito.
Por el contrario las preguntas que plantea
What’s your overall satisfaction with this drug? Was it worth it or not worth it?
¿Cuál es su satisfacción general con este fármaco? ¿Mereció o no la pena?
¿Qué tal funcionó para su problema?
¿Fue engorroso tomarlo?
me parecen preguntas ideales para ciertos casos. Especialmente si son medicamentos de los que esperamos que el paciente note un efecto beneficioso. Por desgracia no siempre es así, pero eso no implica que su uso no sea satisfactorio o que no estén funcionando como se espera sobre el organismo .
En cambio hay otro tipo de sustancias ( de venta en farmacia), que en mi opinión encajarían perfectamente en este planteamiento.
Los farmacéuticos son profesionales sanitarios que, además de los medicamentos que prescribimos los médicos, conocen sustancias con propiedades sobre el organismo que no necesariamente solucionan un problema de salud, pero que los pacientes demandan y utilizan.
Estos medicamentos no tienen estudios epidemiológicos detrás (evidencia científica) que avalen sus efectos, ni los pacientes los quieren. En cambio, encajarían en el modelo que propone Susannah Fox, en el que el conocimiento sobre su uso provendría del intercambio de información entre pacientes.
Un ejemplo
- Los pacientes quieren algo para prevenir los catarros (vídeo muy ilustrativo )
- Para los médicos no es falta de defensas sino que son muchos ataques.
- Los farmacéuticos estudian propiedades de sustancias sobre el sistema inmune.
A mí me parece muy interesante y genuinamente medicina participativa, que los pacientes utilicen lo que les recomienda el farmacéutico y compartan su experiencia colectivamente.