Este post es la respuesta que pedía alguien a quien admiro profesionalmente, Dolores Rico García, a su último artículo en Prevencionar. Lo siguiente a la Promoción de la Salud en el Trabajo es ocuparse de los que trabajan con salud y con enfermedad. De todos, en realidad.
Salud en el trabajo
Explica cómo la Promoción de la Salud en el Trabajo (PST) busca incrementar la capacidad individual del trabajador para mantener su salud y calidad de vida. Con eso estoy muy de acuerdo: cualquier medida que ayude a aumentar los recursos de las personas para afrontar las exigencias del medio laboral es bienvenida. Además, posiblemente tenga efecto en otros ámbitos de la vida y en otras personas de su entorno para bien, así que perfecto.
A continuación dice que debemos ir hacia los modelos de Salud Total del Trabajador (TWH) que se centran en los factores laborales como elementos que pueden tanto mitigar enfermedades como incrementar la salud integral, más allá de su consideración tradicional respecto a problemas de seguridad y salud exclusivamente laboral.
Comparto plenamente que nuestra salud es única, no pudiendo desvincularse la esfera personal de la laboral. Pero en cambio discrepo de la definición de la OMS (estado completo de bienestar) por considerarlo utópico o inalcanzable.
De acuerdo también en la necesidad de políticas que fomenten hábitos y estilos de vida saludables. Y personalmente pienso que debe ser una exigencia de la población hacia la política: que procure entornos saludables como única opción, especialmente en centros laborales y educativos. En esta línea van dos de mis actuaciones : sobre vending saludable y en el tema de la ocupación de los niños y las mochilas.
En otros países se habla de la posibilidad de obligar a los empleados a tomar parte en los programas de promoción de la salud en sus empresas. Para mí la obligación debe ser para las empresas, deben proporcionar entornos además de seguros, saludables.
Entiendo bien la idea finlandesa de crear salud a través del trabajo. Magnífico.
Enfermedad en el trabajo
Pero discrepo con que esté en nuestra mano procurar la Salud Integral a los trabajadores. Me temo que seguimos considerando al trabajador como un ser ideal y permanentemente sano, y eso ni es ni será así.
Las enfermedades son consustanciales a la vida, y concretamente a un proceso natural ligado a ella: el envejecimiento. Algunos aspectos y en algunos casos se pueden prevenir. Otros no.
Por eso prefiero, por realista, la definición de A. Jadad de salud: la capacidad de gestionar adecuadamente los desafíos que acontecen en los planos físicos, psíquico y social de las personas. Debemos exigir que los entornos laborales favorezcan esa gestión en vez de obstaculizarla o dificultarla. Pero sabiendo que nunca serán capaces de anular su necesidad totalmente. Porque esos obstáculos forman parte de la vida.
A veces pienso que gracias a que mantenemos tan bien el secreto profesional, hay quien cree que cuando alguien está trabajando está sano y si está enfermo está de baja. No saben la cantidad de personas con lupus, sida, artritis, artrosis, diabetes, esclerosis múltiple, cáncer, depresión (por nombrar algunas) que se encuentran ahora mismo en su puesto de trabajo. Tampoco saben muchas veces si en ese puesto tienen las condiciones más adecuadas, o las mejores posibles como sería deseable.
Ello hace necesaria la labor del Médico Especialista en Medicina del Trabajo , porque es el experto en salud laboral y tiene la formación y la acreditación necesarias. Otra cosa es cómo se desarrolle esa labor. Si como explicaba una compañera tras su paso por el NHS inglés, donde el médico del trabajo tiene las atribuciones necesarias para ayudar a la gente en su desempeño laboral, o por el contrario como en otros sistemas manifiestamente mejorables.
Los especialistas aseguran que el proceso de #envejecimiento es irreversible, universal y progresivo https://t.co/jXXDLq5ChB cc @SEMERGENap pic.twitter.com/l8N4AtKtUZ
— ConSalud.es (@Consalud_es) 28 de octubre de 2016
Que el trabajo nos procure el mejor entorno posible en la salud y en la enfermedad. Como el matrimonio 🙂
