El producto eres tú. Médicos e industria farmacéutica

A la salida del  Congreso de Asistencia Sanitaria al Paciente Crónico, un amigo contaba cómo le había gustado que uno de los médicos ponentes comenzara su exposición declarando abiertamente su conflicto de intereses con la industria farmacéutica. Pensé en voz alta que yo no lo había hecho entre otras cosas porque no los tengo, pero quizá los asistentes creyeran que algún laboratorio me había pagado* y había preferido callar.

Cuando Nuria Zúñiga y yo planteamos la conveniencia de la asistencia de pacientes a los congresos de especialidades médicas, varios médicos en Twitter mostraron su desacuerdo con la financiación de las asociaciones de pacientes por parte de la industria farmacéutica.

https://twitter.com/Mrcdslvrz/status/715961133606240256

Nuria habla abiertamente de esta financiación en su blog.

Los médicos que intervinieron creo que estaban preocupados por la posibilidad de que las técnicas de marketing de las empresas farmacéuticas se dirigieran hacia los pacientes, resultando en demandas de tratamientos por parte de éstos a sus médicos.

Es evidente que los pacientes y sus asociaciones pueden conocer lo que se presenta en un congreso médico por muchas vías, desde seguirlo por streaming o redes sociales, hasta recibir la información por medios más convencionales de comunicación como periódicos o televisión. La práctica del código de buena conducta de Farmaindustria de no permitir el acceso a las zonas de stands publicitarios a no-médicos, la veo como poner puertas al campo.

Yo pienso que la industria farmacéutica fabrica productos que los médicos usamos con responsabilidad y buen criterio Salvo las vergonzosas excepciones de las que habla el Dr. Relimpio.

Y también creo que dada la posibilidad de corrupción que conlleva el manejo de dinero, en las instituciones políticas y sanitarias no solo no basta con la declaración de conflicto de interés, sino que no puede existir.

Cuando asisto a alguna formación patrocinada por  compañías farmacéuticas, considero que lo hacen para su cuenta de responsabilidad social corporativa. Como una forma de revertir los beneficios a los médicos que se los han procurado prescribiendo sus productos, en forma de actividad formativa. El café y las pastas o brochetas de fruta los considero un poco un detalle de la casa, y un mucho una necesidad fisiológica de los asistentes que es preciso cubrir para que puedan seguir la charla.

Como solo asisto a ponencias que me interesan, siempre me considero una alumna. Nunca un producto.

El quid de la cuestión está sin duda en la actitud de cada cual. Y es opcional. Por eso cuando algún médico amigo de los más críticos con el papel financiador de la industria, ha declarado sus conflictos de intereses, el grupo no le ha condenado y expulsado como cabría esperar sino que como mucho le han reconvenido hasta con cariño, seguros de que actuará bien.

 

Frente al humo contaminante de la industria farmacéutica tenemos buenos equipos de protección individual. Son máscaras hechas de profesionalidad, responsabilidad, preocupación por nuestros pacientes, ética y código deontológico. Ponérsela o no es opcional.

 

  • Dinero no, pero el congreso me dió algo mejor: entre otras cosas la oportunidad de disfrutar mucho de amigos que veo poco 😉

3 comentarios en «El producto eres tú. Médicos e industria farmacéutica»

  1. Hola Blanca, ayer en #RedEscuelas16 lo expuse abiertamente, las personas que buscan iformación sobre su salud, enfermedades, cuidados, … en cuanto ven una página institucional, sospechan por ser ésta un tipo de comunicación institucional, no directa, no de persona a persona, pero en otros casos, la información que encuentran aparece rodeada de logos de multinacionales farmaceúticas, tú te fiarías más de lo que diga una de estas empresas, o de el amigo Oscar Briones que ha probado el aparato y cuenta en su blog su experiencia y mediciones con él? Esto que yo conté ayer en directo no gusta a las farmaceúticas, pero tal vez tendrían que tomar nota y cambiar su actitud y política, localizar a personas que estén dispuestas a probar y hablar abiertamente sobre los productos que les han facilitado. No es un patrocinio, sino una manera de integrar a las personas destinatarias de sus productos en el resultado final de los mismos, bueno, contarte que al final de la charla fui felicitado por la representante de una gran farmaceúticam pero me dijo, «yo soy de una farmaceútica». Esta persona creo que ha dado ya un gran paso para entender que el mundo ha cambiado y que las personas estamos mejor y más informadas. A ver si consigue que su empresa también cambie ese concepto,
    Excelente trabajo en tu blog Blanca, tienes un nuevo #fan. Un saludo, Venan.

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    • Muchas gracias Venan.
      En realidad te he respondido en mi próximo blog (en borrador)
      Hay que tener mucho cuidado con las técnicas de marketing y otras cuestiones de la industria farmacéutica, de eso no hay duda. Yo abogo sobre todo por la responsabilidad con la que los médicos debemos manejar unos productos de una industria (la farmacéutica) siempre en beneficio de nuestros pacientes. Actitudes como aceptar regalos y otras prebendas pienso que nos dificultan llevar a cabo esta responsabilidad y por ello deben ser rechazados. Pero hay formas más sutiles, sin duda.
      Respecto a la experiencia de los usuarios como Óscar Briones con los productos farmaceúticos (medicamentos o dispositivos u otros) debemos tener en cuenta que para que un fármaco salga al mercado ha pasado unos ensayos clínicos que permiten aseverar lo que atribuyen a su producto. Bueno y malo.
      La experiencia del usuario es un factor muy a tener en cuenta, y me consta que las farmas están en ello, pero tiene sus limitaciones especialmente en cuanto a la posibilidad de inferenciar resultados de experiencias de unos a otros.
      Así que sobre tu pregunta, me fío del amigo Óscar Briones y su experiencia, pero también sé que en las farmas hay científicos trabajando mucho y bien. Me puedo fiar de ambos, y debo tener en cuenta limitaciones y consideraciones también en los dos casos.
      Es mi opinión.

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      • Gracias por tu opinión Blanca. Creo que la propia industria puede incluir a los pacientes referentes como prescriptores, o como «influencers», siempre y cuando no caigamos en el modelo anterior de pagar por diferentes medios para que hablen bien de ti. Una persona es tanto más creíble en internet cuanto más se nota su independencia y enseguida se nota cuando alguien es sincero o no. A esto lo llamamos «prestigio digital» y como el prestigio en el mundo real, cuesta mucho ganarlo pero se pierde con una sóla mala acción. Seguiremos leyendo tus opiniones, siempre interesantes. Venan.

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