Me tendréis que perdonar que me meta con este tema tan de pediatría, o de dermatología, de lo queráis . De niños, compañeros de clase, padres , farmacias y colegios.
No voy a hablar del parásito, las liendres y todo eso. Quien más quien menos, todos sabemos bastante del tema. Aquí la alfabetización sanitaria está bien afianzada.
La cuestión es que los piojos aunque a la salud afecten casi solo por posibles lesiones por rascado y lo que se distraen los niños con tanto picor, son muy desagradables. No solo ellos, también es un rollo y muy caro comprar los productos adecuados, mirar a ver si tienen, lavar el pelo, dar tirones, lavar ropa y objetos…. Con el trabajazo que tienen padres y niños todo el día, luego llegan a casa y en vez de relajarse además de estudiar, deberes, tareas domésticas y lo demás, a atacar a los piojos.
No me gustan las comparaciones bélicas pero en este tema haré una excepción. Hay que aniquilarlos, exterminarlos, destruirlos y lograr que no nos invadan nunca más.
Se habla mucho de que si este tratamiento es mejor que el otro, todo interesante y muy bien tratado en blogs fantásticos como dermapixel, y el de la encantadora (es que la conozco personalmente y es un sol) la mamá pediatra (con su propio enlace al anterior) pero el problema en realidad no está ahi. Está en que después de que padres y niños han pasado la desagradable experiencia del tratamiento desparasitador, vuelven al cole y otra vez la tenemos liada. Como se pasan con tanta facilidad de unos pelos a otros, si no hacen diagnóstico y en su caso el tratamiento todos los niños a la vez, no sirve de mucho quitárselos solo a algunos.
Pediría a los padres que asuman que hay que mirar. No vale decir el mío no tiene. Aunque no se rasque. Y que lo hagan todos el mismo fin de semana largo para que puedan hacer bien el tratamiento. Las niñas, si puede ser, con el pelo sujeto.
Un familiar está cursando el año escolar en Canadá, y ésto es lo que hacen allí:
Carta a las familias explicando que el día D irán unos expertos (no os perdáis el vídeo) inspeccionando a todos los niños.
Confidencialmente envían el resultado a las familias (en nuestro caso por suerte fue empty. Los que sí tengan será full, uf, cómo suena)
Dan las instrucciones pertinentes y vuelven a examinar a los afectados. No sé cómo lo hacen exactamente pero muy secretamente , cuidan mucho estas cosas, así como el acoso escolar y el respeto en general.
Tendrá un coste, pero conseguirán acabar con ellos .
Tendrían que mirar semanalmente las profesoras a todos los niños (no sé si lo hacen o no), pero mis dos hijas que trabajan durante el verano como monitoras deportivas, es una de las tareas que tienen, los miran cada día y los que tienen piojos van con una nota para casa y, creo que en este momento ya no es una estigmatización para nadie el que se sepa que está haciendo tratamiento.
Gracias María José
Perdóname que discrepe un poco. Como dice mi amiga Carmen (@farmalista) , lo de «mi hijo no tiene piojos» para muchos es una cuestión de honor. Las variantes son «una vez tuvo uno», o «una vez le contagiaron».
A los niños tampoco les gusta que se sepa. Yo lo entiendo, me parece bastante desagradable.
En Canadá cuidan muchísimo la confidencialidad. Solo conocen el resultado de la exploración quien la hace y los padres. Creo que es lo mejor para todos.
Muchas gracias por pasarte y comentar.