Una semana acojonados *

No es un tema para bromas. Son las palabras de un paciente sobre lo que acababa de vivir con su pareja en estos días de vacaciones de agosto, en los que todos los que hemos podido nos hemos desconectado al máximo. Pero siempre hay quien por diversos motivos, aunque quiera no puede dejar de mirar el ordenador. Y también hay a quien la «pantalla amiga» (¿eso no era la tele? ¿cuál sería el adjetivo para la del ordenador?) le ha dado más de un disgusto.

Se ha hablado mucho del deseo de los pacientes de acceder a su historia clínica electrónica, pidiéndolo como un derecho ya que su historia es suya, y como una ayuda en cualquier problema o simple contacto con el sistema de salud que pueda tener.

Pues éste es el caso de un paciente que ha podido acceder a su historia clínica, gracias al buen trabajo de muchas personas a algunas de las cuales conozco, leyendo directamente el resultado de una prueba que se le había practicado, con una conclusión que le alarmó.

No era para menos, porque a partir de lo que entendió del informe y de lo que encontró en Dr. Google, supo sin lugar a dudas que tenía cáncer.

Trató de contactar con varios médicos, pero estábamos todos de vacaciones y tenía cita (que pudo adelantar un poco)  bastantes días después. Por suerte logró recurrir a un familiar, que aunque a distancia y sin la información completa, pudo informar correctamente y consecuentemente en este caso, tranquilizar un poco.

Lo que me cuenta coincide con lo que en alguna ocasión hemos comentado informalmente entre médicos: hay resultados que no son para verlos el paciente sólo. Siempre digo que aunque la tecnología y las TICs nos ayudan y sobre todo nos deben ayudar, la relación humana entre médico y paciente suma. Y en casos como éste, muchísimo además.

 

La valoración del paciente es:

  • Muy bueno el fácil acceso a sus datos de salud.
  • Muy positivo poder imprimir y escanear el resultado de la prueba, para enviársela a un familiar médico en este caso.
  • Muy negativo haber conocido el resultado él sólo, sin el soporte y la información de alcance del diagnóstico y los pasos a seguir.
  • Muy negativo el estado de ansiedad en el que se vieron él y su familia.
  • Me permito añadir mi valoración: agradecimiento por no haber recurrido al servicio de urgencias para que le explicaran y para atender la crisis de ansiedad, porque en mi opinión habría estado bastante más indicado que otros casos más habituales.

 

El acceso a la historia clínica por el propio paciente, quizás debería poderse hacer sólo después de que el médico lo haya conocido y lo autorice.

 

* Por favor, que algún amigo me avise si cree que me estoy pasando con el sensacionalismo de mis títulos 😉

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