En la idea de que en salud, con precisión y personalización es mejor, aparecen iniciativas en un campo que confieso que me da un poquito de miedo: salud y negocio. En este caso en suplementos vitamínicos.
Todos hablamos de la medicina de las cuatro P como paradigma de la práctica médica presente y futura, pero algunos no pueden (o no podemos) esperar más. Aquí un ejemplo.
En nuestro país creo que el mercado de los suplementos no tiene tanta dimensión como en otros, y aunque esta noticia es de uno de estos últimos, me ha parecido que refleja muy bien el por qué de mi inquietud.
Los autores ( o más bien los emprendedores, investigadores o inversores) retoman la cuestión de los suplementos vitamínicos que gran parte de la población consume, en la atractiva idea de que tomarlos es bueno para algo conveniente, sin evidencia científica que respalde realmente esa acción.
Ellos lo reconocen así, pero vienen a dar con la solución: gracias a la medicina de precisión, combinan información genética del ¿paciente? con pruebas de laboratorio y estilo de vida para llegar a prescribir los suplementos vitamínicos y minerales que esa persona concreta debe tomar.
El caso es que en el artículo aparecen muchas cifras, pero no son de parámetros biológicos precisamente sino de dólares, y como os decía antes, esa es una combinación que me resulta potencialmente inquietante.
En fin. Les deseo todo el éxito del mundo. Me gusta especialmente que haya médicos en el proyecto. Sus intenciones y sus ideas son muy buenas y quizás es que yo me he quedado un poco atrás en lo que a la medicina de precisión se refiere. Con mis conocimientos, me parece poco plausible que a partir de esa información se pueda saber la suplementación idónea para alguien.
De momento me quedo en la P de participativa. y continuaré delegando en el ámbito farmacéutico los posibles suplementos vitamínicos que pueden estar indicados en casos concretos en los que convengan a los pacientes para una finalidad determinada.
Seguiré tratando de conseguir mejoras en los estilos de vida. Ahí es nada.
