Con el foco puesto en qué pudo ocurrir en la mente de esta persona para que obrara como lo hizo, esta entrada pretende sacar a la luz la cuestión relativa a la salud laboral del piloto del avión estrellado del que todos hablamos estos días.
Los sentimientos universalmente extendidos a raíz del estremecedor choque de aquel vuelo de Barcelona a Düsseldorf, son de dolor por las víctimas y sus pobres familias y amigos, y de una especie de exigencia no sabemos bien a qué o quién para que algo así no pueda volver a ocurrir.
No os perdáis esta entrada del psiquiatra Paco Traver, magistral, porque enseña mucho a todos. La recomiendo especialmente a los periodistas que escriben ahora mismo sobre el tema .
Como él explica, podemos tener la idea de que los tests que pasan los pilotos y otros profesionales son prácticamente infalibles detectando patología psíquica. Por desgracia esta idea no se ciñe completamente a la realidad. En Lufthansa habrá sin duda médicos avezados expertos en evaluar la salud de los profesionales de la compañía, lo que no quita para que puedan no diagnosticar, es decir, que les pase desapercibida patología como la de este piloto.
Lo que encuentro muy cuestionable y susceptible de mejora urgente, es la falta de comunicación del médico de la «Seguridad Social» alemana con la empresa. Y es una idea aplicable a todas las Seguridades sociales y a todas las empresas.
La cuestión es que lo que hace un médico en Salud Laboral no es tanto diagnosticar como gestionar enfermedades en el ámbito del trabajo.
Con la actual legislación en nuestro país, el énfasis de la labor del médico del trabajo se pone en que vigile si las condiciones del mismo perjudican la salud del empleado. Eso es un error en mi opinión, porque aparte de la visión reduccionista de la labor del médico, capacitado profesionalmente para varias funciones más, parte del supuesto de que una persona puede estar enferma y por tanto de baja, o sana y por tanto trabajando, siendo así la labor médica vigilar que el trabajo no afecte a esta persona llevándole de su condición de sano a la enfermedad.
La realidad de la salud de las personas no es en absoluto dicotómica, sano o enfermo, sino que como en el caso del piloto, es un continuo sobre el que se suceden circunstancias adversas en los planos píquico, físico y social que los médicos debemos ayudar a gestionar al paciente.
En el trabajo, el médico debe evitar que el mismo perjudique al empleado (y si ésto ocurre detectarlo y corregirlo) Y debe además, gestionar con empleado y empresa las enfermedades de cualquier tipo que aparezcan. Desde una lumbalgia hasta una crisis de ansiedad pasando por una otitis aguda. Producidas por el trabajo o no, porque es en el trabajo donde va a desenvolverse con esa enfermedad esa persona.
Y digo gestionar porque además lo adecuado para ayudar al paciente no siempre es la baja. Perfectamente pueden ser más adecuadas otras opciones, como un cambio a un puesto con otros requerimientos de forma temporal o permanente, u otras opciones como el teletrabajo.
El Dr. Traver dice que el médico de la Seguridad Social en este caso no se comunica con la empresa, entre otros motivos por el secreto profesional. Pero debería haber una canal de comunicación (con lo fácil que es técnicamente hoy en día) no con la empresa como tal, pero sí con su médico, de forma que no rompería el secreto profesional y sería este médico de Lufthansa quien intervendría con algunas acciones a su alcance.
La primera, seguro, tras conocer de mano del médico de la Seguridad Social la situación de esta persona, impedir que tuviera en sus manos las vidas de tanta gente. Otra, ayudarle gestionando su integración tal vez en otros cometidos dentro de la empresa. Quizás no habría razones para impedir que volara solo y podría hacer otras acciones en busca de venganza, como explica el Dr. Traver, pero no pilotar un avión comercial. Incluso podría haber recibido un tratamiento adecuado. No tiene sentido hacer más conjeturas sobre lo que ya no podrá ser.