Ya sabéis que si me ponen delante las palabras salud, Bilbao, medicina, MIT y enfermedades crónicas juntas, clico 😉 También ponía hackaton , que me sonaba a algo de maratón y hacker que ya había visto antes y me había producido una primera buena impresión. Suficiente para ir.
Mi intención era pasarme por allí a ratos durante el fin de semana, pero sin saber bien cómo, me ví en la cola para contar mis problemas/penas y cuando me quise dar cuenta formaba parte de un equipo, así que ya no me pude ni quise marchar.
En la cola para pitch
Mis 3 penas penitas penas
1-Mejorar vías comunicación con pacientes
Utilizo whatsapp y otras TICs cuando mis familiares y amigos me abordan para sus consultas médicas. Debe ser muy ilegal pero ellos no lo saben. Y si lo supieran, dirían que tienen derecho a enviarme a mí que soy su tía una foto de su x. Porque sí, o no.
Me gustaría que mis pacientes no familiares/amigos también pudieran utilizar estos canales. Con unos límites de uso por mi parte, sin duda, porque aun así a ellos y a mí nos reportarían ventajas
2- Mejorar mi prescripción de enlaces
Sé que es muy cutre pero cuando quiero que alguien utilice un recurso que está en internet, les apunto en un papel unas instrucciones confiando en que llegarán al destino que pretendo:
3- Sinergia sanidad pública-privada
Esta ya es en plan «me gustaría lograr la paz mundial» pero como la cosa no era precisamente un concurso de misses, no prosperó. Aunque pienso que tiene recorrido y me permitiría usar mucho la palabra ecosistema, pero quizás en otra entrada.
Mi hackaton
Una vez más la cosa fue un poco Bridget Jones. No sé qué pensaría de mí mi equipo, un trío de cracks con unos superpoderes impactantes, mientras que yo soy una tecnoartrósica laptopless de libro. Aprendí mucho de ellos, especialmente lo poco que sé!
Conocí a algunos, volví a ver a otros, desvirtualicé a Miguel Galán y sus compañeras: Qué medicoblastos, no tengo palabras para describirlos, geniales de verdad.
Desde el principio me interesó un proyecto que trataba de ayudar a los niños que se hacen pis por la noche. Me parece terrible que no puedan ir de campamento por eso y cualquier intento de solucionarlo tiene mi simpatía inmediata. El proyecto final detecta nivel de llenado de vejiga para advertir (inadvertidamente para sus adorables compañeros) al niño y que se levante a hacer pis.
Como me pasa con aquella app para bebés, me parece tan entrañable que me duele decir ésto pero (que me corrijan los fisiólogos) creo que la enuresis primaria se debe a una inmadurez del funcionamiento hormonal que se corregirá espontánemente con la edad, y que la micción nocturna en estos casos no tiene mucha relación con el nivel de llenado de la vejiga.
También creo que los problemas psicológicos de estos niños se deben a que sus pares se ríen de ellos, y que dormir con un cinturón y levantarse a medianoche a hacer pis no sé si logrará aplacarles. Yo haría una intervención cognitivo-conductista sobre estos pequeños c…olegas, tal vez.
Pero solo lo creo. Y les alabo por tener pediatras implicados en su proyecto, algo fundamental ya que son los expertos en salud infantil.
Nota: Los médicos me entienden: Importante lo de los expertos, porque si lo que le conviene a la Sra. María es levantarse del sofá, eso no hay big data que me lo solucione. Es más, si el big data me dice que a Dña María lo que le quitará el dolor es el paracetamol, yo seguiré erre que erre con que se me levante del sofá. Digo.
Nota 2: Mi agradecimiento a Rafa Pardo y Mónica López, que me ayudan con sus ideas las ponga en práctica o no 🙂
Fue genial compartir trabajo con ingenieros, economistas, otros médicos… Enhorabuena a los ganadores, les deseo lo mejor