Hemos tenido un intercambio de pareceres sobre la vacunación de tosferina en embarazadas en el blog de una futura madre. Igual que para mí el mío, su blog es su «casa digital» así que la última palabra es la suya. Pero los que me conocéis sabéis que no voy a quedarme callada, solo que a ella no la molestaré más.
¿Qué lleva a una madre a no seguir las recomendaciones oficiales sobre vacunas?
-Es opcional.
De hecho, las vacunas recomendadas (o sería más correcto decir financiadas) son diferentes según Comunidad Autónoma. Así que si una mujer la recibe o no según dónde viva, tiene sentido pensar que tan correcta es una cosa como la otra.
La realidad es que en cuestiones de Salud Pública deben contemplarse prioridades y presupuestos. Ahí puede estar la razón que buscamos, porque la recomendación es universal, para todas las embarazadas vivan donde vivan.
–No me atrae la idea de vacunarme con las informaciones (que no conocimientos) que tengo sobre las vacunas.
Una cosa es participar en la gestión de la salud y otra ser médico. Se puede acceder a casi toda la información en internet. El objetivo es utilizarla en nuestro beneficio, y para ello necesitamos la guía del profesional sanitario.
– Hay médicos en contra de la vacunación. En internet no tengo ninguna dificultad para encontrarlos. Puedo elegir unos u otros.
Personalmente, como médico considero a todos mis colegas respetables, faltaría más. De hecho ya comenté que el debate organizado por el Colegio de Médicos de Bizkaia sobre vacuna de gripe fue un intercambio interesante y distendido que todos disfrutamos.
¿Qué se puede hacer para que las embarazadas opten libremente por proteger a sus bebés de la tosferina con la mejor medida de que disponen: la vacuna?
-Informarles y dar confianza. No es muy coherente que para unas cosas confíen en su médico y para otras recurran a las alternativas, pero bueno, quién no ha hecho alguna incoherencia en su vida. Aunque cuanto más confíen en uno, más difícil será que sigan a otro profesional.
-Ayudar a identificar fuentes fiables . Soy la primera que reconoce que no es nada fácil. Además, me temo que resulta más atractivo un discurso holístico, naturalista y sanador, que otro científico. Aunque éste último sea el que merece toda la credibilidad por su rigor, combinado además con sentido del humor.
Por éso iniciativas como Naukas u Orbita Laika son muy necesarias. Hay que hacer la ciencia tan sexy como los chakras. Especialmente en Medicina, donde la gente encuentra opciones alternativas extremadamente atractivas, aunque erróneas, con facilidad.
Al menos hay que tener en cuenta que no sólo son los fabricantes de vacunas los que tienen beneficios. También hay médicos y otros que venden su libro, en sentido literal. Así que tendremos que utilizar un criterio distinto del conflicto de interés para otorgar la confianza a unos u otros. Está claro quién la merece.
-Propuesta de pago. Si la Sanidad Pública me recomienda que me vacune para evitar una enfermedad, tiene todo el sentido que si la contraigo, el coste de su atención por parte de esa misma Sanidad Pública lo pague yo.
Es lo mismo que pasa con los rescates en alta montaña. Me van a rescatar, pero si estoy en apuros porque aunque me han avisado de las condiciones adversas, yo he decidido hacer caso del pastor que vive por allí y he subido, el rescate me lo pago yo.
O con el cinturón de seguridad. La DGT ha decidido que es mejor ponérselo que lo contrario. Aunque en algunos accidentes puede ser el propio cinturón el que produzca el daño. Yo puedo libremente optar por no usarlo, pero si tengo un accidente el seguro lo considerará a la hora de pagarme la indemnización. Y si me pillan me pondrán una multa. Es decir, si no lo he usado, las consecuencias las pago yo.
Igual que la lactancia natural, las vacunas son lo mejor para la salud del niño. Las madres deben saberlo. Sabiéndolo, que hagan lo que quieran, que están en su derecho.
Como me han dicho que no sea repetitiva, lo dejo, pero remitiendo al post anterior 😉