El estrés en el corazón de las mujeres

Como decía en la entrada anterior, el estrés es producto de un desequilibrio entre las demandas y nuestra capacidad de hacerles frente. Suele conllevar sensación de falta de control sobre una situación, o bien de falta de contenido.

Existen grandes diferencias entre hombres y mujeres tanto respecto a cómo perciben el estrés como a la forma en que lo expresan. Aunque puede haber varias causas biológicas y sociales para que se den estas diferencias, lo que sí sabemos es que tanto estructural como funcionalmente, los cerebros de hombres y mujeres son distintos.

En lo que se refiere al estrés, el interés principal está en las diferencias funcionales. Sabemos, por estudios de resonancia magnética funcional, que las mujeres tenemos una mayor densidad de conexiones neuronales cerebrales, especialmente interhemisféricas. Esto permite una mayor integración entre procesos intuitivos y analíticos, mientras que la mayor conectividad intrahemisférica masculina facilita actividades de movimiento y funciones motoras.

 

Gestión del estrés

 

Las mujeres tienen una mayor percepción de que el estrés afecta a su salud que los hombres. Puede que por eso estén más motivadas para hacerle frente, pero a pesar de ello no se llevan a cabo más acciones en favor de las mujeres. En ambos sexos hay un vacío importante entre pensamiento y acción en lo que se refiere a gestión del estrés.

También es distinta la forma de abordarlo : las mujeres suelen afrontarlo con actividades como lectura o pasar más tiempo con la familia, mientras que los hombres hacen más actividades físicas, como deportes y entrenamientos.

Existen programas de estrés en algunas unidades de cardiología femenina, específicos para abordar esas diferencias por sexo que existen en la respuesta frente al estrés y su manejo.

Hay ya muchos  estudios que encuentran mayor predisposición a cardiopatía isquémica inducida por estrés psíquico en las mujeres que en los hombres.

El estudio REMIT, realizado en pacientes jóvenes con cardiopatía isquémica, mostró también esta mayor predisposición de las mujeres a desarrollar isquemia. Las emociones negativas afectan más a las mujeres que a los hombres, y además empeoran  su pronóstico.

 

El estrés es diferente en las mujeres y en los hombres. Quizás debería tenerse en cuenta en los programas de salud laboral.

 

(Basado en SharonL.Mulvagh, Anjali Bhagra. Stress, the heart and the sexes. medscape. Apr11, 2016)

 

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